3º de Juan 1:2 Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.
En culturas como la nuestras solemos buscar a los médicos hasta que sentimos dolor, cuando en realidad deberíamos buscarlos antes que los dolores lleguen.
Lamentablemente hacemos lo mismo con Dios, lo buscamos hasta sentirnos mal.
El deseo de Dios no es sanarnos, sino que vivamos en salud. Por eso en su palabra encontramos el tratamiento indicado para mantenernos sanos en cada área de nuestras vidas espiritual y física.
Si logramos mantenernos con buena salud espiritual, nuestro estilo de vida física también mejorará en gran manera.
En los próximos días aprenderemos a mantener nuestra buena salud visual, bucal, auditiva, etc; tanto espiritual como físicamente.
Desde ya declaro buena salud espiritual y física sobre ti. Declaro que todo malestar desaparece.
Declaro que todo resentimiento, falta de perdón y amargura del alma se va de tu vida en el día de hoy.
Declaro que el Espíritu Santo de Dios obrara de manera especial en tu vida y corazón.
Declaro tiempos mejores sobre tu vida y familia. Así lo DIGO, así lo CREO y así SERÁ.
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