Buenos días y bendiciones para ti en esta hora.
Hoy quiere hablarte de un enemigo cotidiano que algunas veces es tan débil que lo podemos destruir con facilidad. Pero que cuando nos descuidamos, nos puede hacer pedazos y sacarnos del destino profético de Dios para nuestras vidas.
Ese enemigo implacable es el hambre. Pero el verdadero poder del hambre nos peligroso cuando no hemos trabajando lo suficiente para tener el alimento necesario.
Los errores más grandes de muchos de los siervos de Dios, se cometieron mientras pasaron por tiempos de hambre y escacez.
Génesis 12:10 Hubo entonces HAMBRE en la tierra, y DESCENDIÓ Abram a EGIPTO para MORAR allá; porque ERA GRANDE el HOMBRE en la tierra.
El hambre SACO a Abraham de Canaan (la tierra de la promesa) y lo hizo DESCENDER a Egipto (tierra de esclavitud).
A Isaac le sucedió de la misma manera, por que los enemigos que tú no venzas, a tu hijos le tocará pelear con ellos también.
Génesis 26:1 Después hubo hambre en la tierra, además de la primera hambre que hubo en los días de Abraham; y se fue Isaac a Abimelec rey de los filisteos, en Gerar.
Ten cuidado cuando tengas hambre porque puedes dejar se depender de la mano de Dios, para depender de la mano de los hombres.
Génesis 42:5 Vinieron los hijos de Israel a comprar ENTRE LOS QUE TENÍAN; porque HABÍA HAMBRE en la tierra de Canaán.
Cuando tienes hambre, olvidas lo especial que eres para Dios y te comportas como lo hacen las personas comunes.
El hambre no saciada, te hace perder identidad.
Pero con Cristo fue diferente.
Mateo 4:2 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, TUVO HAMBRE.
Mateo 4:3 Y vino a él el tentador, y le dijo: SI ERES HIJO DE DIOS, di que estas piedras SE CONVIERTAN EN PAN.
Mateo 4:4 Él respondió y dijo: Escrito está: NO SÓLO DE PAN vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Por eso hoy Declaro sobre tu vida, que no importa cuanta hambre estés padeciendo, tu Dios es un Dios de provisión.
No te dejes engañar por las falsas esperanza del enemigo. El sólo quiere que te desagas de lo que Dios te ha entregado.
Camina, conquista y construye que el Señor ha prometido estar contigo donde quiera que fueres. Pero eso sí, nunca te muevas por el hambre, sino por la convicción del propósito de Dios para tu vida.
Si te mueves por el hambre, no resuelves nada porque hambre siempre tendrás. Trabaja para que cuando el hambre llegue, tengas que comer sin salir a negociar con loVi by innegociables.
Bendecido día.